Porque en la Liga MX no hay distinción
de género. El futbol mexicano se hunde en problemas que estas últimas semanas han
salido a la luz. Los problemas del tiburón, la campal que se armó en el Lastras
y ahora todos los problemas que existen en la liga femenil.
Las chavas también se ahogan en
problemas, porque aunque es femenil no todo es color de rosa. Y es que a punto
de cumplir 3 años de su inauguración la cosa va en declive, pues entre falta de
atención, malos sueldos y malos tratos las jugadoras están buscando chamba fuera
de la cancha.
Desde que Carlos Salcido reveló
que los problemas en Veracruz estaban peor en la femenil, hemos sido testigos
de que no solo las tiburonas sufren graves problemas, pues un claro ejemplo de esto
es lo suscitado el día de hoy con las jugadoras del Necaxa, quienes tuvieron
que partir de Aguascalientes poco después de las cinco de la mañana con destino
a la CDMX para disputar en el estadio Azteca su compromiso contra las Águilas
del América a las cuatro de la tarde.
El reglamento estipula que
cualquier equipo debe presentarse en la plaza del club local mínimo ocho horas
antes de la hora programada para iniciar el encuentro, pero resulta que entre
el viaje de más de siete horas en "totolero" y las manifestaciones de la CDMX el
equipo llegó alrededor de las tres de la tarde.
Resulta que las jugadoras de algunos
equipos se hacen responsables de pagar sus alimentos, sus viajes y sus
atenciones necesarias, aparte de cubrir sus responsabilidades fuera del futbol,
y la liga lo ve sencillo porque con semejante sueldo de poco más de $3,500
pesos alcanza perfectamente para todo.
Es deplorable la situación que
vive actualmente el futbol mexicano femenil cuando todo parecía ir viento en popa.
No es posible que la Federación Mexicana de Futbol no pueda hacerse responsable
de todos los malos manejos que hay en todas las categorías de nuestro futbol. Ya
es hora de que se cuente la realidad de este deporte en México, falta humanidad,
falta solidaridad y por supuesto dinero y organización.
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